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ONCE DE MARZO

ONCE DE MARZO

"We will remember not the words of our enemies, but the silence of our friends."

Martin Luther King, Jr.

APRENDER A VOLAR

APRENDER A VOLAR

"-Para volar tan rápido como el pensamiento y a cualquier sitio que exista -dijo-, debes empezar por saber que ya has llegado..."

 

(Juan Salvador Gaviota, un relato de Richard Bach)

 

Todo empezó ayer. Revolviendo entre mis archivos encontré una vieja fotografía en blanco y negro. Allí, al otro lado, había una mirada enigmática atrapada en un pedazo de papel. Desde la estantería el lomo de un libro, también negro y blanco, aunque con una pizquita de amarillo, me llamó. Una gaviota rebelde de mirada también enigmática me observaba sin hablarme mientras jugaba a aprender a volar. La acompañé en su vuelo y me conmovió como hace años, muchos años atrás, ya lo había hecho.

LA SONRISA DEL GIRASOL

LA SONRISA DEL GIRASOL

Me encanta que me mires con la sonrisa dibujada en el rostro. No tienes boca, pero aún así me sonríes. Sonríes cuando me miras, y mis ojos, a su vez, te devuelven una sonrisa agradecida.

 

Gracias, girasol, por contagiarme la sonrisa.

 

SonrienteSonrienteSonrienteSonrienteSonrienteSonrienteSonrienteSonrienteSonriente

 

Defender la alegría

Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas

defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos

defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias

defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres

defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa

defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.

Mario Benedetti

CUANDO UNA ESTRELLA SE APAGA

CUANDO UNA ESTRELLA SE APAGA

Era una estrella pequeña, de esas que quieren pasar desapercibidas, pero destacaba, aún sin pretenderlo, por su destello. Irradiaba una lucecita vivaracha, burbujeante a veces y que chisporroteaba otras. Una luz, en definitiva, que no dejaba indiferentes ni siquiera a las flores que la contemplábamos desde la distancia. Era chiquita pero muy hermosa, y adornaba ese pedacito de cielo que cuando las nubes son generosas y se retiran un poco, me permiten admirar desde mi estanque.

 

Sin embargo hoy su luz ya no está en el firmamento y la noche se ha vuelto más oscura. Se ha apagado de repente, sin hacer ruido, dejando el corazón de sus hermanas y el de este nenúfar totalmente destrozado. El viento se ha tornado también más frío y ulula entre los esqueletos de los árboles, que a su vez se han vuelto más negros, como si estuviesen frunciendo el ceño. La estrellita se ha apagado y ya no nos podrá regalar la leve caricia de su luz. Y yo me pregunto: ¿a dónde van las estrellas cuando se apagan definitivamente?

 

Es probable que permanezcan en el cielo, en forma de polvo de estrellas, y que ayuden al resto de sus hermanas a seguir brillando con más fuerza. Pero, aquí, desde el estanque, el cielo se me sigue antojando un poquito más oscuro y un mucho más triste.

 

Tal vez la lluvia, uno de estos días, me traiga como regalo un pedacito de polvo de estrellas.

El silencio del invierno

El silencio del invierno

Cuando la luz del día deja al descubierto los esqueletos de los árboles, el bosque enmudece. Cuando el bosque enmudece, el último pájaro tirita y alza el vuelo. Cuando el último pájaro alza el vuelo, este nenúfar suspira sobrecogido y mira su propio reflejo en el estanque. Cuando este nenúfar mira su propio reflejo en el estanque, sólo alcanza a ver la tristeza de los esqueletos de los árboles en un bosque enmudecido.

ENIGMAS

ENIGMAS

Todos tenemos un enigma

y como es lógico ignoramos

cuál es su clave su sigilo

rozamos los alrededores

coleccionamos los despojos

nos extraviamos en los ecos

y lo perdemos en el sueño

justo cuando iba a descifrarse

 

y vos también tenés el tuyo

un enigma tan sencillo

que los postigos no lo ocultan

ni lo descartan los presagios

está en tus ojos y los cierras

está en tus manos y las quitas

está en tus pechos y los cubres

está en mi enigma y lo abandonas

 

Mario Benedetti

OTOÑO

OTOÑO

Algo ha cambiado. Ayer abrí los ojos y se me llenaron de una luz nueva. Mi pedacito de cielo ya no lo enmarcaba únicamente un abanico de verdes. Junto a estos había además una cascada interminable de tonos ocres, rojos, marrones y amarillos. 

 

Y, de repente, me di cuenta de que había llegado en silencio, como siempre, mi amigo Otoño. Todos los años me trae como regalo una explosión de color maravillosa y la música de miles de hojas secas que se arremolinan y bailan con el viento. El sol, envidioso, también quiere participar de la belleza del bosque hechizado y se adentra, discreto, con unos rayos que tratan de acariciar dulcemente la alfombra multicolor que lo cubre todo. 

 

Gracias, amigo, por tus regalos. Me encanta tu compañía y te echaré de menos cuando vuelvas a partir y yo, al abrir los ojos, me encuentre sólo con la compañía de los esqueletos de los árboles.

EL PODER Y LA SALVACIÓN

EL PODER Y LA SALVACIÓN

Who’s got the power?”- preguntaba Monocamy en uno de sus posts. El poder, tal vez, lo tiene aquel que pretende salvarse. Y yo me pregunto: ¿salvarse de qué?, ¿salvarse por qué?, ¿salvarse cómo? Algunos pretenden salvarse de la VIDA, salvarse porque esperan ALGO mejor, salvarse vistiendo una CORAZA.

 

Una postura, a todas luces, muy racional y que seguramente les reconforta, al tiempo que les aporta equilibrio y paz interior. Puede que sea una osadía renunciar a la coraza, pero ¿de qué le serviría la coraza a un nenúfar? Está claro que se hundiría hasta el fondo sin remedio y se quedaría allí para siempre. Por otro lado, es evidente que el habitar cualquier lugar, incluso un pequeño y remoto estanque, con los pétalos al desnudo aumentaría considerablemente su vulnerabilidad. Difícil elección.

 

De todos modos, hay seres excepcionales, audaces, intrépidos, osados en extremo, de esos que se atreven a pasearse por la vida con el corazón a pelo y que son capaces de elegir sin pensarlo siquiera un segundo. Don Mario, quién si no.

 

NO TE SALVES 

 

No te quedes inmóvil

al borde del camino

no congeles el júbilo

no quieras con desgana

no te salves ahora

ni nunca           

             no te salves

no te llenes de calma

no reserves del mundo

sólo un rincón tranquilo

no dejes caer los párpados

pesados como juicios

no te quedes sin labios

no te duermas sin sueño

no te pienses sin sangre

no te juzgues sin tiempo

 

pero si           

             pese a todo

no puedes evitarlo

y congelas el júbilo

y quieres con desgana

y te salvas ahora

y te llenas de calma

y reservas del mundo

sólo un lugar tranquilo

y dejas caer los párpados

pesados como juicios

y te secas sin labios

y te duermes sin sueño

y te piensas sin sangre

y te juzgas sin tiempo

y te quedas inmóvil

al borde del camino

y te salvas           

             entonces

no te quedes conmigo.

 

ENTRE DOS AGUAS

ENTRE DOS AGUAS

 

 

No se puede ver la luz si no se ha visto la oscuridad

 

No se puede escuchar el sonido si no se ha escuchado antes el silencio.

 

No se puede percibir el calor si nunca se ha percibido el frío.

 

¿Se puede acaso sentir la felicidad si no se conoce la tristeza?

 

EDUCACIÓN POSTURAL

EDUCACIÓN POSTURAL

 

Los nenúfares, aunque pueda sonar chocante, también padecen, de cuando en cuando, algún que otro dolor de tallo. El estrés, la tensión y las malas posturas se van acumulando muy discretamente en esa zona hasta que finalmente el dolor hace su aparición. ¡Ay!, demasiado tarde para lamentarse porque la cosa, me temo, ya no tiene remedio.

   

El dolor de tallo (de espalda, en los humanos) es un invitado de esos plastas que aparece por sorpresa y que siempre se niega a abandonar la fiesta. Hay que echarlo casi casi a empujones: analgésico por aquí, antiinflamatorio por allí y quizá, masajito por el otro lado. 

  

Y luego, una se pone a pensar: “Ni hablar, la próxima vez no se me ocurre invitarlo. Voy a organizar la fiesta sin que se entere.” Y se pone manos a la obra. Lo primero es asegurarse de que el segurata de la puerta principal cumple a la perfección su misión. Fuerte, ha de ser muy muy fuerte. Eso es fundamental. Así que, sin disculpas, Igebelar, al gimnasio a endurecer el tallo.

   

Más tarde, ya de vuelta, a la biblioteca virtual: necesito conocer al enemigo para establecer un buen plan defensivo. EDUCACIÓN POSTURAL, eso es exactamente lo que estoy buscando. Las fuentes son diversas, interesantes e instructivas. Leo y me empapo de consejos y teorías, a la vez que me maravillo de lo que la educación puede hacer por nosotros. Educación, qué estupenda palabra. Cuánto se ha escrito, cuánto. Cuánta sabiduría, cuánto derroche de conocimiento.

  

Claro que una sobredosis de información también puede ser peligrosa. Te podrías volver paranoica y ver peligros donde sólo hay… posturas alternativas.  Para muestra un botón:

  

La actitud íntima de la especie humana es la posición horizontal, es decir, aquélla en que el hombre se sitúa delicadamente sobre la mujer (...). La posición vertical, o sea, de pie, no puede ser más peligrosa, pues expone al hombre a graves accidentes, por ejemplo, a la parálisis de las piernas. Y cuando la mujer ocupa el sitio de su marido el acto conyugal no se cumple como debiera.

                (M. IGLESIAS. “Problemas Conyugales” 1954)

   

Glup, glup, glup… Díos mío, casi me ahogo del susto. ¿Dónde hay una hoguera? Necesito quemar un libro.

LOS SUEÑOS DEL CAMALEÓN

LOS SUEÑOS DEL CAMALEÓN

Hay un camaleón que se acerca de vez en cuando a mirarse en el agua de mi estanque. Permanece allí largo rato, callado, inmóvil, perdido entre sus sueños.  

De repente uno de sus ojos parpadea y yo me pregunto si la razón habrá sido uno de esos sueños que, cual pompa de jabón, estalla al más leve contacto con la realidad.  

Tras una fracción de segundo, se queda quieto otra vez y empieza a cambiar de color. ¿Será que ahora trata de perseguir uno de esos sueños imposibles que se te escurren, como el agua entre los dedos, cuando tratas de alcanzarlo? ¿Querrá acaso ser árbol, o nenúfar o brisa? 

Finalmente fija su mirada en una de las hojas que flota sobre la superficie del estanque, abre la boca y saca su larga lengua flexible que abraza, sin piedad, una mariposa que se había posado en una de mis hojas. Y yo entretanto me pregunto: ¿habrá al menos sentido esa pizca de felicidad que proporciona la certeza de haber cumplido un sueño?

SE BUSCA

Nenúfar de tres años busca terapia contra el estrés.

 

Si bien es cierto que vivimos en la era del estrés, no menos cierto es que también vivimos en la era de las terapias. Y, por supuesto, las hay para todos los gustos, muy en consonancia con otro de esos anuncios de Coca-Cola que ya se ha convertido en todo un clásico.

 

Para buscar el origen de algunas de estas terapias tendríamos que remontarnos bastantes siglos atrás. Así, el ser humano lleva muchísimos años utilizando la música, un perfume sutil o la risa para liberar tensiones. Lo único novedoso, en este caso, es el término que se ha acuñado para hacer referencia a cada uno de estos métodos anti-estrés: musicoterapia, aromaterapia y risoterapia.

 

Hay otras terapias, sin embargo, cuyo nombre puede llevar a engaño. Me refiero en concreto a la vinoterapia y a la chocoterapia. Yo hubiese jurado que la vinoterapia tendría que consistir necesariamente en la ingestión de una determinada cantidad de este líquido, y que la chocoterapia pasaría por atiborrarse de chocolate hasta conseguir un estado eufórico. Desde luego, son terapias por todos conocidas, amén de practicadas con más o menos frecuencia. Pues resulta que no, que en lugar de ingerir estos alimentos, lo que hay que hacer es darse un masajito con ellos, hacerse un peeling, aplicarse una mascarilla facial o hacer una inmersión total del cuerpo en estos líquidos.

 

  

 

Hay quien afirma que estas técnicas son sumamente eficaces para combatir el  cansancio y el estrés, a la vez que ayudan a mantener nuestra piel hidratada y tonificada. Lo que sí es cierto (y una ventaja muy a tener en cuenta) es que, engordar, no engordas. De todos modos, no sé que pensar. Creo que, a pesar del exotismo que se atribuye a los nenúfares, soy en el fondo una flor bastante clásica: me quedo con una copa de vino (tinto, eso sí) en los labios y un poquito de chocolate en la boca.

JUGANDO CON LOS SENTIDOS

JUGANDO CON LOS SENTIDOS

Siempre me miras con tus ojos, me tocas con tus manos, me escuchas con tus oídos, me hueles con tu nariz, y me saboreas con tu boca.

Hoy tengo ganas de hacer una travesura y de jugar con nuestros sentidos.

Te propongo que me escuches con tus ojos, que me huelas con tus manos, que me saborees con tu nariz, que me toques con tu boca, y que me mires con tus oídos.

Yo te escucharé con mi nariz, te oleré con mi boca, te saborearé con mis ojos, te tocaré con mis oídos y te miraré con mis manos. Y tal vez mañana, si te ha gustado, volvamos a jugar otra vez.

 

Uno de mayo

Uno de mayo

 

Elegí nacer un uno de mayo de hace ya tres años. Suena un tanto extraño eso de poder “elegir” las circunstancias del nacimiento propio, ¿no?: el dónde, el cuándo, el porqué e incluso el cómo. El mundo virtual es sorprendente: ni siquiera se necesita la intervención de un padre y una madre para venir al mundo. Nada de romanticismo ni de sexo (¡qué lástima!), nada de bancos de semen ni de fertilizaciones in vitro. Una, simplemente nace, y punto.

Tengo tres años y no puedo dejar de preguntarme lo que esto significa exactamente en la edad de las flores.

Piropost (o post del piropo)

Piropost (o post del piropo)

Parece ser que existen al menos dos teorías sobre el origen de la palabra “piropo”. Según la primera de ellas, se trata de la fusión de dos palabras griegas, y viene a significar algo así como “rojo fuego”. Este término fue utilizado por los romanos para clasificar algunas piedras preciosas de ese mismo color, que eran precisamente las que algunos galanes pudientes, queriendo simbolizar su propio corazón, regalaban a sus enamoradas. La segunda teoría introduce una pequeña variación en cuanto a la proveniencia de los términos griegos fusionados y podría traducirse como “fuego en la cara”.

Sea cual sea el origen, está claro que el piropo se utiliza a menudo como un arma de seducción (maravillosa, por cierto) que provoca con frecuencia el sonrojo de la persona a la que va dirigido.

Hay muchos tipos de piropos: algunos son inesperados, otros desconcertantes, unos suenan a dulcísima música y otros, por el contrario, son una especie de estruendo chirriante,  los hay tremendamente placenteros, y también están, por supuesto, los que te hacen hervir la sangre, y no precisamente de pasión. Es, en estos últimos casos, cuando sientes el irrefrenable impulso de dirigirte a tu piropeador, abrirle suavemente la bocaza (ay, perdón, quise decir “boquita”), y tirar delicadamente de su lengua hasta conseguir la longitud adecuada para rodearle el cuello con una bonita corbata de lazo. Afortunadamente, los casos de piropos realmente soeces y de mal gusto, son los menos. Al hilo de esto, me parece interesante la iniciativa de HollaBackNYC, un blog desarrollado por un grupo de personas de New York en el que se invita a los ciudadanos a enviar fotos, normalmente hechas con el móvil, para denunciar casos de acoso.

Yo me quedo con esos piropos que, al tiempo que te hacen sonrojarte sin remedio, te hacen suspirar y te inundan cuerpo y alma, de un placer infinito.

Cualquier elección es siempre difícil, así que no me va a resultar fácil quedarme con un piropo porque todos, absolutamente todos, tienen su parcelita en mi recuerdo. Sin embargo, me voy a decidir por uno de los que yo considero más sencillos, sinceros y completos. ¿Qué tal un simple “Te he echado de menos”?

Cuando cantan las sirenas

Cuando cantan las sirenas

Cuando cantan las sirenas los sentidos se agudizan y la mente se aDOrmece. Las notas REsbalan lentamente por sus labios y la melodía se hace MIlagro. Justo entonces la FAntasía abre las puertas del océano y una ráfaga de viento SOLitario te empuja a sus entrañas. Un poco más tarde, una pida de SIlencio vuelve a sellar las aguas. Las sirenas han enmudeciDO.

                                                DO   MI   SOL    SI
                                                    RE     FA        LA       DO

Alto el fuego permanente

Alto el fuego permanente

 

 

“Euskadi Ta Askatasuna ha decidido declarar un alto el fuego permanente a partir del 24 de marzo de 2006”

 

Hoy es un día para la esperanza, para desear, para soñar. Hay mucha rabia contenida, muchas heridas abiertas, mucho dolor, muchas ausencias. El camino, soy consciente de ello, va a ser muy largo y tortuoso.
No obstante, hoy no quiero detenerme a contemplar el camino, hoy sólo quiero mirar hacia el horizonte, imaginar el final del viaje y sonreír.
 

¿El sol o la luna?

¿El sol o la luna?

Hay ocasiones en las que es extremadamente difícil pronunciarse. Yo me sigo quedando con la luna, pero al mismo tiempo reconozco que no podría vivir sin el sol. Necesito su luz, a veces incluso con verdadera desesperación.  Quizás por esto el invierno no es precisamente mi estación favorita. Ese cielo gris que se obstina en no dejar pasar los rayos del sol puede llegar a deprimirme un tanto.
La luna, no obstante, me ofrece otras cosas. Me invade con su misterio, me invita a soñar, me hace pequeñita, me acompaña, me llena de melancolía, me sonríe. Y, además, puedo mirarla, así largamente, sin prisas, sin miedos…
El sol, el sol es otra cosa. Me regala su luz y su calor. Es, sin duda, generoso. Sin embargo, no puedo mirarlo a mi antojo porque es orgulloso y no me deja hacerlo. Puede que, en el fondo, tal vez nos parezcamos demasiado.

Fragilidad

Fragilidad

Está es una canción de ausencia. Fue escrita como homenaje a las víctimas del 11M por uno de mis cantautores favoritos: Ismael Serrano.
Yo me voy a limitar a utilizar el lenguaje de las flores y dejar que la música lo acompañe.

FRAGILIDAD
Todo es frágil:
tu costumbre de amarme,
mi fe,
el silencio y la vida que duerme
en un vagón de tren.
Tu contrato fugaz,
la memoria,
este hilo de voz,
las quimeras que surcan estrechos
y este corazón
que persigue tu rastro
en la alfombra de la habitación.
No es tan frágil
el trueno del fúsil,
el temor
a perderme tus dulces mañanas,
tanto dolor.
La memoria del banco,
el aroma de aceite en el mar,
las fronteras de acero para hombres,
humo para el capital
que regula espejismos
y ordena tu necesidad.
Yo soy frágil como un cristal
si falta usted a esta cita, mi amor,
si el canto se llena de olvido,
si el recuerdo se va
y ya no ríe conmigo.
Quizá no seamos héroes
pero aún seguimos vivos
y en la crisálida su voz estallará.
Y no se quedará inmóvil al borde del camino
y hará futuro su fuerte fragilidad.
Es tan frágil el abrazo del mundo y su paz,
la promesa desde la tribuna
y su empeño por perdurar.
Soberbio y resistente
es el grito del miedo anunciando el final
y la noche que escupen al cielo
tantas chimeneas,
los disparos de nieve,
el rugido de las bayonetas.
Quizá no sea tan frágil
tu costumbre de amarme,
mi fe,
tu voz y tu memoria.
¿Sabes?, quizá me equivoqué.
Quizá no sea indestructible
el trueno del fusil, tanto dolor,
la burbuja que encierra este grito
y este temor
a saberme perdido,
a perderte y perder la razón.
Yo soy frágil como un cristal
si falta usted a esta cita, mi amor,
si el canto se llena de olvido,
si el recuerdo se va
y ya no ríe conmigo.
Quizá no seamos héroes
pero aún seguimos vivos
y en la crisálida su voz estallará.
Y no se quedará inmóvil al borde del camino
y hará futuro su fuerte fragilidad.

Una sola noche

Me gusta mucho el día, pero la noche para mí tiene algo especial, algo mágico. ¿Será la luna? ¿Será el silencio? No lo sé. Lo único cierto es que la noche debilita los corazones, al menos lo hace con el mío.

 

Quizás este sea el motivo por el cual llegué al pequeño reino de Enrique, ese reino llamado “Una sola noche” que se encuentra en algún lugar de la Blogosfera, a muchos kilómetros de mi estanque. Me gusta pasearme por allí y no soy la única. Parece que se ha convertido en un sitio bastante concurrido: ¡¡¡10.000 visitas!!!  

 

Enhorabuena Enrique. Espero que sigas compartiendo tantas cosas. Muchas gracias por tu generosidad.